Caballito. Aegorhinus vitulus

CABALLITO Aegorhinus vitulus

REINO: Animalia
FILUM: Arthropoda
CLASE: Insecta
ORDEN: Coleoptera
SUBORDEN: Polyphaga
FAMILIA: Curculionidae
TRIBU: Aterpini
GÉNERO: Aegorhinus


DESCRIPCIÓN Y COMPORTAMIENTO

El “caballito”, también llamado “burrito” o “cabrito”, es una especie de insecto nativa de tamaño relativamente grande (hasta 3 cm de largo) y color marrón rojizo, oscuro y lustroso. Como sus hábitos son diurnos, solemos encontrarlo con frecuencia en los bosques de Tierra del Fuego, caminando lentamente por el suelo o sobre la vegetación. Al igual que todos los coleópteros, tiene el primer par de alas (o élitros) endurecido, formando una especie de caparazón. En esta especie, además, los élitros son rugosos y de color uniforme, con dos protuberancias cerca del extremo posterior, y están soldados entre sí, por lo que no vuelan.

Los machos y las hembras son similares en apariencia externa, aunque la hembra suele ser un poco más grande. El aparato bucal, que es masticador, se encuentra en el extremo de una prolongación larga y ancha llamada “rostro” (probóscide), dándole esa apariencia tan característica que origina su nombre.

FIGURA 2. Aegorhinus vitulus sobre musgo. Foto: Jacobo Martín.

Este insecto no es agresivo y no puede hacer daño al ser humano o a otros animales con sus pequeñas mandíbulas. Posee unas almohadillas en los extremos de sus patas que le permiten adherirse a los sustratos por los que camina. Cuando se siente amenazado, se queda inmóvil y se deja caer al suelo, haciéndose pasar por muerto, comportamiento que se denomina necro-mimetismo.

FIGURA 3. Detalle de la cabeza de Aegorhinus vitulus sobre madera. Foto: Jacobo Martín.
FIGURA 4. Mapa de ocurrencias. Fuente iNaturalist (https://www. inaturalist.org/taxa/346792-Aegorhinus-vitulus). Elaborado por Francisco J. Sola.

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT


El caballito tiene su hábitat natural en los bosques andino-patagónicos de Patagonia Sur, pudiendo ser encontrado en las provincias de Tierra del Fuego y Santa Cruz en Argentina, así como en las provincias de Aysén, Última Esperanza, Magallanes y Tierra del Fuego en Chile.

REPRODUCCIÓN


El caballito, como muchos otros insectos, realiza una metamorfosis completa para llegar a su estado adulto. Luego de ser fecundadas por los machos, las hembras ponen los huevos en el suelo, cerca de los árboles. Cuando las larvas emergen, ingresan a los troncos a la altura del cuello de las plantas. Las larvas forman galerías poco profundas en la madera, que es su alimento (por lo que se denominan xilófagos), y al cabo de cierto tiempo de crecimiento y maduración (generalmente varios meses), forman una pupa de la que emergen como adultos.

Una vez completada esta transformación, salen de los troncos de los árboles a través de un orificio y se desplazan hacia arriba, ya que los adultos roen la corteza de ramas jóvenes y tiernas y de brotes para alimentarse. Se alimenta principalmente de árboles de lenga o ñire (Nothofagus pumilio y N. antarctica, respectivamente), pero también se lo ha observado cumpliendo su ciclo en árboles ornamentales de la ciudad de Ushuaia, principalmente de madera blanda.

CONSERVACIÓN


No se lo considera una especie amenazada o en peligro, pero su supervivencia está íntimamente ligada al bosque y a los árboles que lo conforman. Su rol ecológico principal está asociado con el reciclado de materia y energía ya que, por un lado, sirven de alimento a las aves y otros depredadores (ej. zorro, visón), y por el otro, al alimentarse de la madera, contribuyen a su descomposición, facilitando el ingreso de hongos y otros patógenos a través de los orificios.

FIGURA 5. Aegorhinus nodipennis. Arriba a la derecha pueden observarse orificios de salida de los adultos (flechas amarillas). Foto: María Vanessa Lencinas.

CURIOSIDADES 1
¿Sabías que el caballito era muy especial para el pueblo Selknam? Ellos lo denominaban “Kohlah”, y creían que era la reencarnación de un hombre sabio o hechicero. Es por ello que, cuando lo encontraban, no lo lastimaban, sino que lo trataban con mucho respeto, subiéndolo a una rama o tronco donde no pudiera ser pisoteado o dañado.

CURIOSIDADES 2
¿Sabías que hay especies parecidas al caballito que actúan como plagas? El “cabrito del ciruelo” o “de los arándanos” (Aegorhinus nodipennis), que se diferencia del caballito por ser más pequeño (hasta 2 cm) y tener los élitros lisos y de color negro con manchitas blancas en sus costados, así como en el rostro y en sus patas, ha sido encontrado en Tierra del Fuego atacando árboles añosos de algunas estancias cercanas a Río Grande.

En otros lugares de Argentina y Chile se lo considera dañino no solo en forestaciones, sino también en árboles ornamentales y frutales. Su ciclo de vida es parecido al del caballito, realizando galerías en la base de los troncos de los árboles. Dado que es una especie introducida, muy prolífica y con capacidad de colonización de gran cantidad de hospederos, su dispersión es riesgosa para el bosque nativo. ¡Esperamos tu aviso si te encontrás con alguno!

FICHA CIENTÍFICA Caballito – Aegorhinus vitulus. Autores: María Vanessa Lencinas y colaboradores. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 23-26, 2796-7360.

¿Espionaje nazi en Tierra del Fuego?

¿Espionaje nazi en Tierra del Fuego?

EL MISTERIO DE LA RADIOSONDA ALEMANA HALLADA EN LA ZONA CENTRAL DE LA ISLA GRANDE

En octubre del 2021 se produjo el hallazgo fortuito de una radiosonda de origen alemán en la localidad de Tolhuin. Las radiosondas son instrumentos transportados por globos meteorológicos que cumplen la función de transmitir información atmosférica, como temperatura, presión y humedad, a un receptor-grabador que puede estar en tierra o en el agua (ej. barcos, submarinos). Los modelos modernos poseen localizadores GPS que permiten determinar su ubicación exacta. Sin embargo, en modelos antiguos, cuando el globo meteorológico explotaba a determinada altitud las radiosondas eran difíciles de recuperar, ya que no se podía calcular con exactitud su ubicación.

El artefacto se encontraba semienterrado y fue hallado mientras se realizaban tareas de desmonte por la empresa Forestal del Sur. La técnica forestal Hortensia Mansilla, quien halló el artefacto, se sorprendió al identificar en uno de sus componentes el grabado de un águila imperial montada sobre una cruz svástica. Este símbolo, conocido como Reichsadler, fue empleado como estandarte del Partido acionalsocialista de los Trabajadores Alemanes que gobernó el país germánico entre 1934 y 1945. A partir de la difusión de esta imagen en internet, rápidamente se publicaron artículos periodísticos en medios locales y nacionales que intentaban explicar cómo un artefacto “nazi” llegó a estas latitudes.
La radiosonda fue puesta a resguardo por agentes policiales en la Comisaría de Tolhuin y posteriormente fue entregada al personal de la Dirección General de Patrimonio y Museos y el Museo del Fin del Mundo con el fin de analizarla y describirla detalladamente.

FIGURA 1. Emblema de la Expedición Antártica Alemana.

¿UNA IDEA DESCABELLADA?
Entre los años 1938 y 1939 Alemania organizó la Tercera Expedición Antártica Alemana, con el objetivo principal de desarrollar la industria ballenera, ya que el aceite de ballena resultaba un insumo de vital importancia para la economía del país. En caso de lograr anexar parte del territorio antártico, Alemania establecería un enclave geo-estratégico y evitaría pagar impuestos balleneros a Noruega y Gran Bretaña.
La expedición estuvo comandada por el capitán Ritscher, miembro del Kriegsmarine, quien comandaba el barco Schwabenland, desde donde se lanzaron dos hidroaviones (Boreas y Passat) que tomaron fotografías aéreas y soltaron jabalinas con estandartes nazis en suelo antártico (FIGURA 1). Es muy probable hayan registrado datos ambientales, ya que la expedición contaba con la presencia de los meteorólogos Herbert Regula, Heinz Lange, Walter Krüger y Willhelm Gockel.
Considerando los antecedentes históricos, ¿es posible que el hallazgo de la sonda meteorológica esté relacionado con las actividades de exploración de la Antártida e islas sub-antárticas que fueron llevadas adelante por el ejército alemán?

¿QUÉ CARACTERÍSTICAS POSEE LA RADIOSONDA HALLADA EN TOLHUIN?
La radiosonda hallada en cercanías de Tolhuin fue diseñada como un artefacto compacto (215 mm de alto, 170 mm de largo y 100 mm de ancho) y ligero, ya que sin las baterías pesa 785 g. Consta de tres secciones, un compartimento para la batería, un radio transmisor y un sector en donde se registran y codifican datos atmosféricos.
SECCIÓN 1: Compartimento cuadrangular de poliestireno expandido (conocido popularmente como “telgopor”), en donde se emplaza una batería de 4,5 voltios aislada por una lámina plástica (FIGURA 2). Los restos de un envoltorio de cartón que cubren internamente la caja de poliestireno expandido poseen el logo “Pertrix” e inscripciones en alemán. Este hallazgo resulta interesante, ya que la empresa alemana “Varta-Pertrix”, fundada en 1887, fue proveedora del ejército germánico durante la Segunda Guerra Mundial (SGM). La batería alimentaba a la válvula que se describe a continuación, como parte del radio transmisor.

FIGURA 2. A. Lámina plástica que separaba el compartimento de las baterías. B y C. Fragmentos del compartimento rectangular de poliestireno expandido. D. Batería de 4,5 voltios. E. Envoltorio de cartón, marca “Varta-Pertrix”.

SECCIÓN 2: Radio transmisor: es una caja plástica donde se ubican bobinas con alambre de cobre, resistencias y una válvula RV 2,4 P 700, que posee sello de fabricante: “Valvo” (FIGURA 3).

FIGURA 3. Izquierda: Parte de la radiosonda que corresponde al radio transmisor. Pueden observarse: A. Caja plástica; B. Soporte metálico cilíndrico que contiene una bobina de cobre C) válvula “Valvo”; D. Transformador y E. Bobina; (derecha): En la válvula se lee parcialmente la inscripción “Wehrmacht Eigentum”. También se observa el águila imperial y la esvástica. Debajo de esta imagen están grabadas las siglas “Wa.A 745”.


Esto indica que fue elaborado por la empresa Philips Valvo Werke, que produjo válvulas para el ejército alemán (Wehrmacht) a partir de 1939, con una escala en la producción con fines militares luego de 1943. La válvula posee la inscripción Wehrmacht Eigentum, que significa “propiedad del ejército” y tiene grabada el águila imperial montada sobre la esvástica. También, el tubo posee en la parte inferior de la Reichsadler, las siglas “Wa.A 745”, que refieren a Heeres-Waffenamt, la Oficina Central de Armamento del Ejército de Alemania, la cual funcionó hasta el final de la SGM. El número “745” es posiblemente una referencia a la estación de inspección en donde se examinó la válvula (FIGURA 3). En la parte inferior de la caja plástica se encuentran grabadas palabras y abreviaturas en idioma alemán, que permiten identificar la función de esta parte del artefacto como un radio transmisor (FIGURA 4).

FIGURA 4.
Parte inferior de la caja plástica donde se ven inscripciones en alemán: “Eich.”: calibrar; “Trimmen”: equilibrar, ajustar; “Aus”: afuera; “Send”: transmitir.


SECCIÓN 3: Compartimento de registro y codificación de datos atmosféricos: esta parte del artefacto se encuentra compactada en una caja cúbica de aluminio y es la que presenta peorestado de conservación. Se observa una rueda, que se desplazaba de acuerdo a los cambios de presión barométrica y registraba este dato. También se identifica un sensor de humedad, que sobresale de la caja y carece de la “chimenea” de aluminio que lo cubría (FIGURA 5).

FIGURA 5. Arriba se observa la caja metálica que corresponde a la sección de registro y codificación de datos atmosféricos y abajo la caja plástica que corresponde al radio transmisor. A. Sensor de humedad; B. Carcasa de poliestireno expandido; C. Sensor de presión atmosférica.

¿MISTERIO DEVELADO?


Luego de identificar los diferentes elementos que componen el artefacto, continuamos la investigación mediante el relevamiento de catálogos y manuales de radiosondas en busca de un modelo que contuviera los mismos componentes. Como resultado, reconocimos una serie de modelos que podían coincidir con el tipo de radiosonda recuperada en Tolhuin, pero no pudimos determinar con certeza a cuál de ellos correspondía. Por este motivo, nos contactamos con personal del Wettermuseum (Lindenberg, Alemania), donde conservan diferentes modelos de radiosondas. Su aporte fue clave, ya que señalaron que probablemente se trataba de un artefacto fabricado a mediados del siglo XX por la empresa “Graw y Sprenger”. Para verificar esta información consultamos a la empresa fabricante y corroboramos que se trataba de una radiosonda de origenalemán, modelo Graw H50, que se comercializó a partir de 1950 (FIGURA 6).

FIGURA 6. Fotografía de la radiosonda Graw H50 (Wettermuseum, Alemania).


La empresa “Dr. Graw Messgeräte” (actualmente denominada “Graw Radiosondes”) fue fundada por el Dr. Josef Graw en 1938 y originalmente tuvo sede en Berlín. Una vez finalizada la SGM, la compañía se trasladó a Núremberg y junto con la firma “A. Sprenger” desarrollaron el modelo Graw H50, que se fabricó hasta 1965, fecha a partir de la cual fue reemplazado por el modelo M60.
Debido a que el modelo de radiosonda Graw H50 se habría comenzado a fabricar de forma inmediatamente posterior a la SGM, es probable que los componentes utilizados para su manufactura hayan sido producidos originalmente con fines militares, como lo evidencia la inscripción “Wehrmacht Eigentum” (propiedad del ejército alemán) que puede observarse en la válvula. Una vez finalizada la SGM, este tipo de válvulas y otros componentes, habrían sido reciclados para continuar fabricando radiosondas destinadas al registro de datos meteorológicos.
Los resultados obtenidos a partir del análisis de la radiosonda nos advierten de la importancia de contrastar la información difundida en medios de comunicación con fuentes históricas y técnicas verificadas. Asimismo, genera una serie de nuevas preguntas ¿quién adquirió la radiosonda? ¿desde dónde y con qué objetivos fue lanzada? La investigación continuará….

ARTÍCULO PRINCIPAL

¿Espionaje nazi en Tierra del Fuego? Autores: Lucas Turnes y colaboradores. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 2-7, 2796-7360.

Editorial N° 25

Editorial N° 25

Nombrando los espacios
Una parte ineludible de la investigación del territorio pasa por ponerle nombres a los lugares que lo componen, sean estos poblaciones, accidentes geográficos, rutas y caminos, o enclaves de alto valor simbólico. Se conoce como toponimia a la disciplina lingüística que estudia el origen y evolución de los nombres de los lugares (topónimos).
En general, asumimos que esa tarea no es nuestra, que las cosas y lugares se llaman como se llaman, que en tiempos pasados otros eligieron esos nombres con buenas razones y a nosotros, en el presente, solo nos queda seguir la costumbre. Pero lo cierto es que la historia dio muchas vueltas y que, como reza el dicho popular “la escriben los vencedores”, lo cual además de ser cierto, expresa un enorme sesgo.
Para algunos pueblos ancestrales, un nombre es algo más que un rótulo colgando de las cosas. Es el alma de lo nombrado, y si, se pierde ese nombre… En la actualidad hay un esfuerzo por restaurar toponimias previas a la colonización europea de Tierra del Fuego.
Así, en este número de La Lupa encontramos artículos que nos traen información y reflexión sobre los nombres que usamos en nuestro territorio. Además, se develan misterios de sondas nazis y tenemos un acercamiento a una problemática de productores ovinos locales. La variedad en nuestras secciones clásicas (y no tan clásicas) invitan a recorrer este número de La Lupa con la curiosidad de siempre.

Comité Editorial

Anillos de crecimiento

Anillos de crecimiento:

una herramienta para estudiar los bosques de lenga

En mi doctorado, estudio cómo los bosques de Nothofagus pumilio (lenga) responden a los desafíos del cambio climático. La resiliencia, que es la capacidad de un ecosistema para mantener sus funciones y cualidades frente a condiciones adversas, es crucial para entender cómo estos bosques sobreviven y se adaptan. En Tierra del Fuego (Argentina), el aumento de las temperaturas y los cambios en las precipitaciones los afectan, poniendo en riesgo su persistencia y productividad.
La lenga es un árbol que demarca anillos de crecimiento en su leño, formándose uno cada año durante la época de crecimiento (primavera-verano), cuando las condiciones climáticas son favorables. Esto permite, a quienes los estudiamos, reconstruir cómo crecieron en diámetro y altura a lo largo de los siglos, ya que pueden vivir hasta 300 años. Este estudio de los anillos, llamado dendrocronología, nos posibilita asociar el crecimiento de los árboles con condiciones climáticas pasadas.

Para realizar nuestro estudio, visitamos tres sitios en bosques productivos de lenga en la provincia (Estancia Pirinaica, y zonas aledañas al lago Chepelmuth y al río Lainez). Aprovechamos los árboles cortados o caídos por el viento (FIGURA 1) y recolectamos muestras de 45 árboles, entre los más altos del bosque, que alcanzan entre 22 y 27 metros de altura. Partiendo de la copa hacia abajo (hasta los 5 metros), medimos, rotulamos y cortamos la rama dominante y más alta del árbol, para llevarla al laboratorio (FIGURA 2).

ada muestra es cuidadosamente etiquetada y organizada, ya que no hacerlo significa que podemos confundir y mezclar ramas. Una vez en el laboratorio, montamos las ramas para replicar la posición en la que crecían en el árbol (FIGURA 3). Cada tres centímetros se rotulan y trozan (FIGURA 4), y luego, bajo la lupa, se cuentan los anillos de crecimiento (FIGURA 5). ¡Algunas veces los anillos son tan diminutos que me toma varios minutos encontrarlos! (FIGURA 6). Una vez contados los anillos de todos los trozos, con computadora y planillas de cálculo se procesan los datos para obtener las curvas de crecimiento de cada uno de los árboles. Esto permite ver cuánto creció cada año y cómo se relaciona con el clima (temperatura y precipitaciones) y su variación, en este caso para los años entre 1970 y 2022.

FIGURA 1.
Árboles muy viejos de lenga volteados con fines
productivos. Foto: Juan Manuel Cellini.
FIGURA 2.
De los árboles volteados, se miden las ramas de las
copas.
FIGURA 3.
Rama presentada en mesada, copiando la forma en que crecían en sus copas.
FIGURA 4.
Trozado de la rama; mediante los cortes se descubren los anillos de crecimiento.
FIGURA 5.
Visualización de los anillos de crecimiento para su conteo, visto a través de lupa.
FIGURA 6.
Anillos de crecimiento a escala, para denotar su pequeño tamaño, vistos a través de lupa. ¡Los de abajo son casi imperceptibles!

El cambio climático nos plantea desafíos constantes y entender cómo afecta a nuestros bosques nos da pistas sobre sus impactos y cómo podríamos adaptarnos. Al conocer estas dinámicas, podemos planificar medidas de conservación y manejo forestal que ayuden a preservar estos ecosistemas únicos.

DIARIO DE LABORATORIO
Anillos de crecimiento: una herramienta para estudiar los bosques de lenga. Autor: Julian Rodríguez
Souilla
. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 32-33, 2796-7360.

Voces desde el fin del mundo

Voces desde el fin del mundo:

Divulgando la historia antártica argentina

Desde el descubrimiento del continente antártico, la región sur de América, en particular Ushuaia, ha ganado relevancia en los viajes de exploración hacia la Antártida. En diciembre de 1897, Adrien de Gerlache, al liderar la primera expedición científica al continente blanco, utilizó el puerto de Ushuaia como punto de partida, consolidando a esta ciudad como la puerta de entrada a la Antártida. A lo largo de la historia, Argentina ha desempeñado un papel fundamental en la exploración y presencia constante en la región, con figuras claves como José María Sobral, Gustavo Giro Tapper, Hernán Pujato, quienes han dejado una huella imborrable en la historia antártica.

PORTADA.
La Base Brown es una de las bases de investigación científica argentinas ubicada en la Península Antártica.

En la actualidad, el rol de la Argentina en la protección y difusión de los valores asociados al continente blanco ha evolucionado, particularmente a través de la formación de divulgadores de la historia antártica argentina. Los guías de expedición, a bordo de cruceros turísticos, se han convertido en actores clave para transmitir esta rica herencia.

Esta labor, antes reservada para científicos y divulgadores internacionales, ahora se abre a guías locales, quienes juegan un papel crucial en la revalorización de la historia antártica argentina. Los graduados en turismo de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) reciben una formación integral profundizando en la temática antártica mediante investigación, participación en congresos y charlas, entre otras actividades académicas. Esto los vuelve destacados guías de expedición que divulgan la relevancia de la presencia argentina en la Antártida e islas del Atlántico Sur (FIGURA 1). Poco se conoce sobre las hazañas de los loberos del Río de la Plata y figuras como José María Sobral, primer científico argentino en invernar en Antártida (1901-1903), o Julián Irízar, quien al mando de la corbeta ARA Uruguay rescató en 1903 a la expedición de Nordenskjöld. Desde 1904, Argentina ha mantenido una presencia ininterrumpida en las Islas Orcadas del Sur, fundando el Instituto Antártico Argentino en 1951
y ofreciendo rescates y apoyo logístico a expediciones de todo el mundo. A menudo, la historia local queda opacada porque se destacan principalmente los relatos de exploradores de otras nacionalidades, como Shackleton (irlandés), Scott (inglés) y Amundsen (noruego), entre otros.

FIGURA 1.
Caminata sobre hielo marino.

Aprovechando el turismo antártico, los guías ejercen una forma sutil de soberanía al divulgar la presencia y el aporte de Argentina en la región, reforzando su liderazgo y compromiso en la protección del continente.
Con el crecimiento del turismo antártico en la última década, la demanda de guías locales capacitados aumentará, y Ushuaia tiene el potencial de ser un referente en la formación de profesionales especializados. Uno de los primeros pasos ya se dio con la creación de la Maestría en Estudios Antárticos de la UNTDF.

BREVES
Voces desde el fin del mundo: divulgando la historia antártica argentina. Autores: Florencia Torti y Marcos Sperr. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 30-31, 2796-7360.

¿A qué se considera Patrimonio Documental Bibliográfico?

¿A qué se considera Patrimonio Documental Bibliográfico?

FIGURA 1.
Portada autografiada del libro Del ímpetu Dichoso- José María Castiñeira de Dios. Ejemplar
perteneciente a la Biblioteca Popular Sarmiento. Fue donado y dedicado por el autor a la institución en 1948.

EL PATRIMONIO DOCUMENTAL BIBLIOGRÁFICO SEGÚN SUS CARACTERÍSTICAS EXTERNAS EN TIERRA DEL FUEGO AEIAS

Usualmente al término patrimonio documental bibliográfico se lo relaciona sólo con los fondos antiguos de las colecciones. Pero su concepto abarca mucho más que las edades de los materiales.
El patrimonio documental bibliográfico está constituido por todos aquellos documentos que tienen valor histórico, artístico, científico, literario y cultural de una provincia, nación o del mundo.
Dentro de estos documentos se pueden encontrar manuscritos, libros, revistas, periódicos, folletos, fotos, mapas, sellos postales, grabados,entre otros.
En este sentido, no solo documentos antiguos cobran relevancia patrimonial, sino cualquier otro que acredite la identidad, cultura e historia de un lugar. Algunos autores consideran que el patrimonio documental bibliográfico se puede clasificar en tres grandes grupos según su antigüedad y sus características externas (inherentes al contexto) e internas (inherentes al documento).

CLASIFICACIÓN DE PATRIMONIO DOCUMENTAL BIBLIOGRÁFICO SEGÚN
SUS CARACTERÍSTICAS EXTERNAS EN TIERRA DEL FUEGO

Las características externas del patrimonio documental bibliográfico están dadas por el contexto social y cultural de la institución que toma en cuenta el folclore, tradiciones y actividades artesanales, obras de autores y creadores de la región en distintos campos (literatura, música, pintura), información sobre autores y creadores locales, regionales y nacionales, o de otras regiones que
hayan influenciado el desarrollo social o cultural del municipio, la región o el país; e información sobre aspectos políticos y económicos que marcaron la comunidad.

Dentro de las características externas, se puede clasificar al patrimonio por su espacio-territorialidad, que implican a todos aquellos documentos que responden al material donde tuvo su origen, importancia para la región; el lugar de creación es un atributo clave, pues aporta información fundamental sobre y de la localidad. Y, el valor simbólico o personas de la región que son documentos con determinadas características como: dedicados por su autor (FIGURA 1); anotaciones de personas célebres: ex libris o sello famoso, ya sea de alguna personalidad notable o de una biblioteca importante.

VALOR SIMBÓLICO O PERSONAS DE LA REGIÓN

Dentro de esta clasificación, y como ejemplo, se encontró en Tierra del Fuego la segunda edición de la obra literaria perteneciente al autor fueguino y ex director de la Biblioteca Nacional Argentina “Mariano Moreno”, José María Castiñeira de Dios, Del Ímpetu Dichoso (1944, FIGURA 2). Fue donada y dedicada por él, a la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento de la ciudad de Ushuaia en 1948.

•ESPACIO-TERRITORIALIDAD

Esta clasificación responde a toda clase de documentos que cobren importancia histórica o cultural para la región o localidad en que tuvo su origen. Se halló en el Museo de la Ciudad perteneciente a la Municipalidad de Ushuaia la “Primera Sesión de la Honorable Convención Constituyente” (1991, FIGURA 3 y 4), escrito que se
encontraba en el libro de visitantes de la Escuela N° 1 Domingo Faustino Sarmiento.


A modo de conclusión de este artículo, al Patrimonio Documental Bibliográfico no solo se lo valora según la antigüedad del documento, sino también por otros factores relacionados con la
historia y la cultura de su origen. Es necesaria la toma de conciencia sobre la valoración documental; y a su vez generar planes de acción
en cuanto a capacitación de reconocimiento de documentos patrimoniales, conservación preventiva de colecciones y preservación digital.

FIGURA 2.
Tapa del Libro “Del Imputo Dichoso”. Segunda edición, abril
de 1944. Patrimonio Documental Bibliográfico según su factor
externo: persona de la región.
FIGURA 3.
Acta de la “Primera Sesión de la Honorable Convención Constituyente” (1991). Insólito
hallazgo ya que se encuentra en el libro Libro de Visitantes” de la Escuela Número 1 Domingo Faustino Sarmiento. Ejemplar
perteneciente al Museo Municipal de la Ciudad de Ushuaia.
FIGURA 4.
Firmas del acta de la Primera Sesión de la Convención Constituyente del día 7 de enero de 1991.

BREVES
El patrimonio documental bibliográfico según sus características externas en Tierra del Fuego
AeIAS. ¿A qué se considera Patrimonio Documental Bibliográfico? Autora: Romina Birari. La Lupa Nº 25,
diciembre 2024, 28-29, 2796-7360.

Tetraselmis sp.

Tetraselmis sp.

Las microalgas del género Tetraselmis son organismos unicelulares fotosintetizadores, reconocidos por sus aplicaciones como alimento vivo en acuicultura. Sus parámetros de crecimiento varían según las condiciones del cultivo (por ejemplo, el medio de cultivo empleado, el fotoperiodo o la salinidad). En la microfotografía observamos un cultivo de Tetraselmis sp., donde se aprecian sus cuatro flagelos (indicados con flechas rojas) y los cloroplastos en su interior, orgánulos verdes que contienen clorofila, el pigmento responsable del color verde intenso de las microalgas.

CIENCIA EN FOCO
Tetraselmis sp. Autores: Eloísa Mariana Giménez y colaboradores. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 22,
2796-7360.

Sentir la turbera

Sentir la turbera

Conocer la turbera a través de los sentidos

Las turberas son un tipo de humedal milenario, muy representativo de Tierra del Fuego. En ellas podemos encontrar diversas formas de expresión de la naturaleza, que podemos apreciar de diferentes maneras. En este artículo, se propone un viaje inmersivo por estos humedales desde una perspectiva sensorial, con el fin de vivir la turbera holísticamente. A través de los cinco sentidos – el oído, el tacto, el gusto, la vista y el olfato– trataremos de capturar la esencia de las turberas fueguinas.

Los sonidos en las turberas

Los humedales son hábitats de aves en todo el planeta, por ello es habitual escuchar su canto, y verlas sobrevolando las turberas o anidando en ellas. Estos sonidos van variando dependiendo de la época del año. En Ushuaia tenemos muchas aves migratorias, que solo escuchamos en primavera y verano, como las bellas bandurrias o los teros. El resto del año podemos observar otras aves como la garza bruja, diucón, cauquenes, caranchos y muchos otros que forman una melodía digna de apreciar y difícil de describir con palabras.

Sentir las turberas con nuestras manos

Las texturas y formas de las turberas, son muy variadas. Podemos encontrar humedad y suavidad en
los musgos predominantes, siendo el más común Sphagnum magellanicum (FIGURA 1), hasta pastos
largos secos o ásperos, algunos cilíndricos como los juncos (Marsippospermum grandiflorum) con los
que los pueblos originarios tejían cestería, o planos como las plantas de Carex. Además, podemos encontrar formas globosas, como manzanitas, o formas dispersas de los líquenes, que nos invitan a descubrir la diversidad de sus expresiones creativas.

Los sabores de la turbera

En las turberas fueguinas hay cinco tipos de “manzanitas”, frutos llamados así por sus formas globosas rojas o rosadas. Las plantas que dan dichas frutas son Myrteola nummularia, Nanodea muscosa, Gaultheria mucronata (chaura), G. pumila y G. antarctica. Por otra parte, tenemos otros frutos también globosos, pero de color morado-púrpura. Ellos son el Berberis microphylla (calafate), Berberis ilicifolia (michay) y Berberis empetrifolia (calafatillo). Todos son comestibles y poseen muchas propiedades
medicinales, por lo que fueron utilizados por los pueblos originarios. También son fuente de alimento para las aves.

Advertir la biodiversidad de la turbera

Observar muy detenidamente las turberas nos permitirá conocer su maravillosa biodiversidad,
tan diminuta y variada. Existen varios tipos de turberas, con multiplicidad de colores y texturas, algunas rojas, otras verdes o amarillas. Dentro de ellas podemos distinguir musgos, hongos, líquenes, árboles enanos o achaparrados, los cuales unidos forman un maravilloso paisaje de humedal fueguino.
Podemos hacer el ejercicio de seleccionar un lugar pequeño en la turbera, por ejemplo, un cuadrado de 30 x 30 cm y observar qué hay con detenimiento. Descubriremos que son muchas las especies que conviven en un espacio tan pequeño (FIGURA 2).

Los olores de la turbera

Las turberas son grandes sumideros de carbono, y contienen en su interior mucha materia orgánica en proceso de descomposición, llamada turba. ¡Algunas pueden superar los diez metros de profundidad! Esta cantidad de materia orgánica nos invita a conocer aromas propios de los humedales en estas latitudes, siendo estos un ecosistema único.
La próxima vez que vayas a una turbera, no te olvides de poner en marcha todos tus sentidos para no perder ningún detalle.

FIGURA 1.
Suave turbera de Sphagnum magellanicum.
FIGURA 2.
En el centro con su rojo llamativo Drosera uniflora junto a Astelia pumila, Donatia fascicularis y Caltha dioneifolia.

BREVES
Sentir la turbera. Autora: Eliana Peralta. La Lupa
Nº 25, diciembre 2024, 14-15, 2796-7360.