Perros asilvestrados en Tierra del Fuego:
UN PROBLEMA CON SOLUCIONES CIUDADANAS
Desde hace décadas, en los establecimientos ganaderos de Tierra del Fuego los perros asilvestrados se han convertido en un tema de gran preocupación. Los ataques a los rebaños ovinos son una de las
consecuencias más visibles y perjudiciales de la presencia de estos animales en la ruralidad, y si bien este fenómeno es bastante conocido, muchas veces no es comprendido en su real dimensión. Intentaremos entonces ponerle La Lupa encima para contribuir a lograrlo.
¿Qué es un perro? ¿Cómo llegan a las estancias? ¿Sólo atacan a las ovejas? ¿Qué rol tienen los habitantes de las ciudades en esta problemática?
DEL LOBO AL PERRO DOMÉSTICO
El perro comenzó a diferenciarse del lobo hace más de 15 mil años, como consecuencia de la aparición de un nuevo nicho ecológico: la acumulación de residuos de los primeros asentamientos humanos. Allí, la comida era abundante y permanente, aunque en contrapartida, era de mala calidad y demasiado cercana a los humanos. En su aprovechamiento, los lobos ya no necesitaban defender un territorio ni cooperar para la caza o para la crianza de los cachorros. Así, a lo largo de las generaciones, la selección natural modeló a partir de este nuevo nicho ecológico individuos con poca o nula territorialidad, menor tamaño corporal y del cerebro, y sobre todo una enorme tolerancia a la presencia humana. En una relación de comensalismo con el ser humano, estos animales ya eran genéticamente perros, pero no perros domésticos.
Para que un individuo sea doméstico, debe generar un vínculo social con el ser humano durante su desarrollo temprano. En el perro, durante las primeras 16 semanas.
Y entonces…
…alguien se llevó un cachorro de “perro comensal” y lo crió en la casa. El cachorro obtuvo sustento y la persona obtuvo compañía. Sin saberlo, estos dos individuos entablaron así una relación mutualista, hoy ya milenaria, que llamamos domesticidad.
Cabe recalcar entonces que la domesticidad, entendida como la habilidad de un individuo para vivir en el ámbito doméstico, tiene una componente genética (es decir heredada) y una componente ambiental (es decir aprendida por cada individuo durante su desarrollo). Concretamente, un lobo criado entre seres humanos no es un perro doméstico. Y un perro criado sin vínculo con el ser humano, tampoco lo es, sino que es un perro asilvestrado o cimarrón (FIGURA 1).

EL PERRO MODIFICADO: LAS RAZAS
Entonces, y ya en el ámbito de la domesticidad, ciertos comportamientos y rasgos físicos de estos animales resultaban más útiles para algunas tareas. Así, dirigiendo la reproducción a favor de tales caracteres, el humano logró obtener diferentes razas de perros para la caza, la protección, el arreo, el tiro de trineos y para tantas otras funciones. El otrora comensal se volvió así un excelente colaborador. En este camino, la selección artificial resaltó fuertemente algunos rasgos deseados, en tanto borró casi por completo la expresión de otros. Las diferencias entre razas son enormes, siendo las morfológicas fácilmente observables, como las que existen entre un gran danés y un chihuahua, cuya apariencia podría
sugerir que pertenecen a especies distintas. Sin embargo, las diferencias en comportamiento, a priori menos evidentes, son igualmente profundas y no deben subestimarse.
EL PERRO SUELTO
Los caracteres de las diferentes razas, finamente adaptados para ayudar al humano en funciones específicas, resultan exagerados y disfuncionales en un animal silvestre. Así, ante la ausencia de conducción por parte del humano, la actividad del perro es una mezcla de juego y carroñeo. Los vemos en las ciudades correr a un automóvil en la calle, ladrarle, o romper bolsas de basura. Del mismo modo, en el medio natural y rural, cansan y lastiman animales, sin terminar de matarlos ni consumirlos.
Libre en el ambiente, el perro es difícil de clasificar. Su morfología permite a los perros medianos y grandes actuar como predadores, pero el resultado de sus acciones refleja claramente su origen como predador alterado por el humano, tal como se ha descrito hasta aquí. Los perros recorren decenas de kilómetros en grupos numerosos, causando un daño desordenado y en exceso a muchos animales, sin el objetivo directo de obtener alimento. Finalmente se alimentan como carroñeros oportunistas sobre guanacos o ganado muerto que no ha sido retirado del campo, e incluso animales muertos a la vera de la ruta (FIGURA 2).

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN EN TIERRA DEL FUEGO?
En la Patagonia continental, con su ganadería extensiva, las pérdidas de animales provocadas por perros sueltos son frecuentes en las áreas periurbanas. En este contexto, los perros suelen mantener un patrón de movimiento de ida y vuelta entre zonas urbanas y rurales.
En Tierra del Fuego la situación es diferente. Aquí el perro se ha extendido más allá de los espacios periurbanos, para establecerse y reproducirse exitosamente en áreas rurales y naturales. La FIGURA 3 muestra la evolución de su presencia en el período 1990-2014 y la detección de cachorros nacidos en 2012/13 según la percepción de los productores ovinos de la provincia.


La persistencia y volumen de los daños sobre ovinos (FIGURA 4) llevaron al abandono de la actividad, para sustituirla por ganadería bovina, la cual presenta una menor vulnerabilidad a los ataques. La distribución geográfica de esta decisión estuvo íntimamente ligada al ecotono, como lo muestra la FIGURA 5 hasta 2014. De esta manera se perdió la mitad del stock ovino provincial. Entre 2014 y 2024, la expansión territorial de los perros no avanzó sobre la estepa, y los establecimientos de esa zona continúan produciendo ovinos. Sin embargo, el retiro de las ovejas del ecotono no hizo disminuir la población de perros. Por el contrario, mediciones realizadas a partir de la instalación de cámaras trampa entre 2018 y 2023 denotan un fuerte aumento de la población canina en el bosque. Esto permite inferir que el bosque de ñire resulta un ambiente fundamental para sustentar a las poblaciones de perros. Pero ¿qué otros factores están involucrados con este fenómeno?

En ausencia de otros grandes predadores, como ocurre en el resto de Patagonia con el puma, por ejemplo, el perro ha podido avanzar y colocarse en el máximo escalón de la cadena alimenticia, erigido en predador tope (y torpe) en el ambiente natural. Así, además de atacar a la producción ovina, los perros acosan y atacan de manera recurrente a las poblaciones de guanacos, tal como se ha podido registrar mediante el uso de cámaras trampa (FIGURA 6).
Aunque la depredación es el impacto más evidente, los perros también causan perturbaciones no letales en la fauna como cambios de comportamiento mediados por el miedo, competencia, transmisión de enfermedades, entre otras. En Tierra del Fuego, los únicos carnívoros terrestres son el zorro colorado fueguino (Lycalopex culpaeus lycoides) y el zorro gris (Lycalopex gymnocercus). Evidentemente, estos solitarios depredadores no representan gran competencia para las prolíficas jaurías asilvestradas. El zorro colorado, es una especie endémica que se encuentra en peligro, y no ha sido observada durante cinco años de estudio. Autores sugieren que fueron desplazados hacia el sur debido a al avance de la producción ganadera y luego por la introducción de –y las interacciones con– el zorro gris, introducido en 1951 para combatir la invasión de conejos. Su distribución actual se limita a la región de bosque cordillerano y este aislamiento geográfico podría agravarse aún más con el continuo aumento y avance de los perros en todo el ecotono, por lo que se requiere importante atención.

¿QUÉ ROL TENEMOS EN ESTA PROBLEMÁTICA?
Frente a las mordeduras mordeduras y de la dispersión de basura en los centros urbanos, del impacto en la biodiversidad, de la enorme pérdida que significa la desaparición de la producción ovina luego de 100 años, de su genética, sus instalaciones, su gente, su saber, y la riqueza generada para una sociedad, cabe preguntarse ¿por qué continúa aumentando la población de perros?.
El perro doméstico constituye una parte integral de nuestra sociedad, pero la tenencia irresponsable y la falta de control en las ciudades permite que estos animales se adentren en ambientes naturales y se reproduzcan sin restricciones. Este artículo busca dimensionar el problema y promover una reflexión comunitaria. Es crucial que los dueños de perros tomen conciencia y que, como sociedad, evitemos que estos animales deambulen libremente. Debemos colaborar con las autoridades e instituciones locales en
programas de control efectivos.
La situación es crítica. Sin medidas efectivas y un cambio real en nuestra actitud, estaremos condenando la seguridad, la salud pública, la fauna nativa, la producción ganadera y la tradición ovina a daños irreversibles.
GLOSARIO
- NICHO ECOLÓGICO: condiciones ambientales, recursos y relaciones que permiten a una especie o población desarrollarse en su hábitat.
- COMENSALISMO: relación ecológica entre dos especies en la que una se beneficia sin afectar a la otra.
- MUTUALISMO: relación ecológica entre dos especies en la que ambas obtienen beneficios.
- PREDADOR TOPE: especie que se encuentra en la cima de la red trófica y se alimenta de otras especies del ecosistema.
- ECOTONO: zona de transición entre ambientes, en el caso de Tierra del Fuego, entre la estepa y el bosque cordillerano.
ARTÍCULO PRINCIPAL
Perros asilvestrados en Tierra del Fuego: un problema con soluciones ciudadanas. Autores: Emiliano Arona, Sebastian Cabeza y Paula Rodríguez. La Lupa Nº 25, diciembre 2024, 16-21, 2796-7360.